Cada año, las plagas de cultivos y animales privan a los agricultores de gran parte de su producción. Algunas estimaciones indican que las plagas agrícolas destruyen del 10% al 40% de la producción agrícola bruta mundial. Estas plagas incluyen una gran variedad de organismos diferentes —no sólo insectos, ácaros, gusanos, roedores y pájaros— sino, en un amplio sentido, toda clase de organismos dañinos tales como hongos, bacterias, virus y organismos semejantes a los virus, y mala hierba. La variedad de plagas y su interacción con las condiciones de otros ecosistemas hace que los problemas de plagas sean muy diversos y con frecuencia muy complejos, por lo cual las soluciones a los problemas de una plaga única deben variar considerablemente. Los agricultores pueden controlar individualmente algunas plagas pero otras sólo pueden controlarse a través de programas públicos como la fumigación aérea. Sin embargo, muchos enfoques de la gestión de plagas hacen llamados para que los vecinos trabajen juntos.